Mitos y falsas creencias en torno al cuerpo y a la actividad física.


1- Introducción:

Se entiende por mito o falsa creencia una afirmación inventada por alguien que intenta hacerla pasar por verdadera.

Determinados mitos o falsas creencias sobre la práctica de actividades físicas y deportivas pueden acarrear problemas en la salud pues afectan a órganos y aparatos del cuerpo humano a los que someten a situaciones de peligro.

Estos mitos suelen transmitirse por el boca a boca aunque en muchos casos son los medios de comunicación de masas los encargados de su difusión. En otras ocasiones son los gimnasios y los herbolarios los responsables de difundir información falsa sobre la práctica de actividades físicas y deportivas, generalmente relacionadas con la ganancia de masa muscular y la pérdida de grasa localizada.

A menudo aparecen en los medios de comunicación supuestos expertos sin formación anunciando productos milagrosos sin ninguna base científica.

La Educación Física debe contribuir a que el alumnado tome conciencia de los mitos que existen en torno a la práctica de ejercicio físico para que mantengan una actitud crítica ante ellos.


2- Principales mitos: (Falsos en su totalidad)


- Mito 1: Las agujetas desaparecen tomando agua con azúcar:


Las agujetas son el dolor muscular que en ocasiones aparece tras la práctica de ejercicio físico.

La idea de que el agua con azúcar puede hacer que desaparezcan las agujetas es una de las más extendidas. Con esta bebida se pretende eliminar los cristales de ácido láctico producido por tejidos corporales en condiciones de suministro de oxígeno insuficiente que, según algunas creencias, son los causantes de las agujetas.

Sin embargo las agujetas no están causadas por la presencia de cristales de lactato y la utilización de bicarbonato o agua con azúcar con la intención de prevenir o tratar las agujetas no tiene ninguna utilidad (Drobnic, 1989).

La mejor prevención de las agujetas es la adecuación de las cargas de entrenamiento a las posibilidades del deportista evitando cambios bruscos en la intensidad, el volumen o el tipo de ejercicios.

Para prevenir las agujetas hay que dosificar los esfuerzos de manera progresiva comenzando la práctica de ejercicio físico de forma suave y gradual sin buscar grandes avances en periodos cortos de tiempo.

Según algunos autores la única medida que se ha mostrado algo eficaz para atenuar el dolor de las agujetas es el tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos. Sin embargo tomarlos antes de hacer ejercicio parece que no atenúan el daño muscular.


- Mito 2: Consumir azúcar antes del ejercicio aumenta el rendimiento:


No se recomienda la ingesta de azúcar, tabletas de glucosa, ni cualquier otro alimento muy concentrado de glucosa en los 30-40 minutos que anteceden al ejercicio físico o competición. La razón es que puede dar lugar a un cuadro denominado hipoglucemia reactiva, que es causa de malestar físico y agotamiento prematuro durante la realización del ejercicio físico. 


- Mito 3: Cualquier ejercicio es bueno para la salud:


No, cualquier ejercicio no es bueno para la salud. El ejercicio debe ser planificado en función de las características personales de cada individuo. Hay que planificar aspectos tales como la intensidad, el volumen de las cargas y los tiempos de recuperación tras el esfuerzo.

El ejercicio físico mal planificado o practicado en exceso puede tener efectos perjudiciales sobre la salud.


- Mito 4: Sudar abundantemente te hacer perder peso. La sauna sirve para perder peso:


El sobrepeso y la obesidad afectan a un amplio sector de las sociedades industrializadas.

Se debe fundamentalmente a que se ingieren alimentos en exceso que aportan más calorías de las que se consumen mediante el metabolismo basal y la práctica de ejercicio físico.

Los medios a utilizar para perder peso deben basarse en la combinación de medidas como la dieta hipocalórica y la práctica de ejercicio físico aeróbico bajo condiciones climáticas adecuadas.

La idea de que sudar mucho adelgaza conduce a una práctica muy extendida, consistente en el uso de una vestimenta excesivamente gruesa para las condiciones ambientales, impermeables, o bien de fajas y otros elementos aislantes que combinados con el ejercicio y con la restricción en la ingesta de líquidos, proporciona a las personas la impresión de una pérdida de peso mucho mayor (Rodríguez, 1995). Así realizan esfuerzos bajo condiciones inadecuadas, pues pretenden adelgazar a costa de correr a las horas de mayor calor, colocándose un plástico sobre la piel (Casimiro, Ruiz y García, 1998), o se introducen en la sauna para sudar abundantemente esperando un efecto adelgazante. Con estas prácticas se exponen a deshidratarse a causa de una excesiva pérdida de agua (Fox, 1984; Silvestri, 1992).

Cualquiera de las medidas para aumentar la sudoración están absolutamente contraindicadas para perder peso.

 Si una persona empieza a hacer deporte con exceso de ropa que no transpire o se mete en una sauna, va a haber una variación en su peso, pero es momentánea. Al ser la pérdida de agua la responsable de que bajemos de peso, se recupera en cuanto nos rehidratamos, por lo que no es un mecanismo eficaz para perder peso. 


- Mito 5: Consumir proteínas en forma de suplementos aumenta la masa muscular:


Muchas personas que realizan ejercicio físico, especialmente culturistas, caen en la moda de creer que el consumo de grandes dosis de proteínas en forma de suplementos es absolutamente imprescindible para aumentar la masa muscular (Nieman, 1990; Garrido, 1991; Marcos Becerro, 1994), cuando son totalmente injustificadas (Villegas y Zamora, 1991; Zamora y cols., 1992; Lemon, 1992; Howley y Franks, 1995)

Sin embargo no sólo son innecesarias, sino que son incontables el número de secuelas y alteraciones que su utilización puede provocar en el cuerpo humano (Colado, 1996).

 Así pues, estas personas gastan una considerable cantidad de dinero en unos productos comerciales, que supuestamente producen una mayor masa muscular. 

 Los medios de comunicación y los intereses comerciales han contribuido a divulgar esta idea (Estruch, 1992). Sin embargo la musculación no depende de este consumo exagerado, sino de la cantidad y calidad del trabajo realizado, entendiendo en todos los casos que la mejora de la hipertrofia muscular es siempre proporcional al trabajo realizado y no a las proteínas consumidas (Brotons, 1992).

 Se trata de un negocio rentable que nace del desconocimiento de las posibilidades de generar grandes daños renales con un consumo exagerado de proteínas. No es beneficioso para el deportista consumir cantidades excesivas de proteínas (Terrados, 1992), pues ni la masa muscular ni el rendimiento físico parecen aumentar necesariamente por consumir dietas hiperprotéicas (López Chicharro y cols., 1995).

 Desde el punto de vista patológico, la dieta con un alto nivel de proteínas puede ser potencialmente peligrosa (McArdle y cols., 1986).  La relación de una dieta hiperprotéica con algunos tipos de cáncer y lesiones renales es evidente (Terrados, 1992).


- Mito 6: Se puede perder grasa de forma localizada, por ejemplo sólo en la zona abdominal:


No existe ningún ejercicio que sea capaz de hacer desaparecer la grasa de una zona concreta. No existe la reducción localizada de grasa. Por tanto realizar ejercicios de abdominales no reduce la grasa de forma exclusiva en esta parte de nuestro cuerpo.

Para perder peso es necesario realizar programas de ejercicio fundamentalmente aeróbico, donde intervengan grandes grupos musculares, a una intensidad moderada, de 3 a 5 sesiones a la semana, e incluso diariamente con un día de descanso combinado con una dieta baja en calorías. 


- Mito 7: El flato es provocado por la ingesta de agua antes o durante la práctica de ejercicio físico:


El flato es un dolor agudo que se presenta en un costado ocasionalmente en personas que se encuentran realizando actividad física y que dificulta dicha práctica.

La ingestión de agua no es de ninguna manera la causante de tal dolor. Esta idea mitológica es peligrosa porque tal asociación conlleva la supresión de la ingestión de agua, con el peligro de deshidratación y procesos patológicos asociados.

La hidratación es especialmente importante en ejercicios de larga duración, sin embargo debe hacerse bebiendo pequeñas cantidades de agua cada vez.


- Mito 8: Cuando dejas de hacer ejercicio durante un tiempo prolongado los músculos se transforman en grasa:


Los tejidos del cuerpo humano no mutan, no pueden transformarse de unos a otros, por lo que el tejido graso no puede transformarse en tejido muscular ni a la inversa. Son tejidos completamente diferentes. 


- Mito 9: El entrenamiento de fuerza detiene el crecimiento:


El ejercicio físico bien planificado, con unas cargas adecuadas a la edad y características de la persona no detiene el crecimiento.

En un estudio de 2009 publicado en Sports Health se señaló que las lesiones relacionadas con el entrenamiento de fuerza realizado por participantes jóvenes fueron motivadas en mayor medida por un mal uso del equipamiento, por no trabajar con el peso adecuado, por tener una técnica incorrecta o por no contar con la supervisión de un adulto cualificado, pero no por el tipo de ejercicio en sí.


- Mito 10: Toda persona que realice ejercicio físico debe tomar suplementos vitamínicos:


No hay razones para pensar que la administración de complejos vitamínicos en adultos o niños que realizan ejercicio físico va a tener un efecto beneficioso sobre el rendimiento deportivo. 

Una dieta variada aporta suficiente cantidad de las distintas vitaminas y sólo será necesario recurrir a su suplemento cuando se sospechen déficits o carencias de las mismas o se demuestre mediante análisis médicos.


- Mito 11: La actividad física para que sea efectiva tiene que producir dolor:

Es un mito muy difundido, pero sin ningún fundamento científico. Por el contrario, los especialistas indican que el dolor físico posterior a la práctica sólo demuestra que la actividad no se ha hecho correctamente o bien con material inadecuado o con una técnica incorrecta o con una intensidad o volumen excesivos.


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